AB-Biotics firma un acuerdo con Lacer para la distribución de AB-Life en España
Según el estudio clínico del Hospital Puerta del Hierro de Madrid, este probiótico es capaz de reducir entre un 14% y un 18% los niveles de colesterol.
REDACCIÓN
La biotecnológica catalana AB-Biotics ha firmado un acuerdo con Lacer Farma para la distribución exclusiva en España y Andorra del probiótico AB-Life en el área farmacéutica. El acuerdo, por 10 años renovables, también permite que Lacer Farma tenga un derecho de opción preferente para la concesión de derechos de distribución en otros tres países de la Unión Europea, siempre en el área farmacéutica. AB-Biotics se reserva para sí misma o para potenciales terceros, los derechos de comercialización en el sector alimentario, donde este probiótico se puede incorporar a productos sin tratamiento térmico como los derivados lácteos o mediante técnicas de encapsulación, a bebidas y zumos.
"Este acuerdo puede suponer la generación de un valor mínimo de 1,2 millones de euros que habrá que ver reflejado próximamente en la capitalización bursátil de la compañía", destacan Miquel Àngel Bonachera y Sergi Audivert, cofundadores y consejeros delegados de AB-Biotics. La estrategia de licencias de la biotec para AB-Life se basa en la negociación con las empresas mejor posicionadas en el mercado cardiovascular de cada país, como es el caso de Lacer Farma —la división farmacéutica de laboratorios Lacer— en España.
La primera terapia probiótica cardiovascular
La fórmula AB-Life, patentada por AB-Biotics a nivel mundial, contiene microorganismos vivos cuya actividad se basa en cepas bacterianas que se encuentran de forma natural en el intestino humano. Gracias a ello, tal y como confirma la empresa, su consumo es inocuo para la salud.
La fórmula probiótica está constituida por tres cepas de Lactobacillus plantarum, capaz de reducir el colesterol de dos formas: la primera, capturando e inmovilizando en su membrana el colesterol procedente de la dieta y la segunda, precipitando las sales biliares y obligando al hígado a captar colesterol plasmático para sintetizar nuevas sales. Este hecho tiene especial interés ya que entre el 60% y el 70% del colesterol plasmático no procede del colesterol dietético, por lo que los productos centrados en reducir el colesterol alimentario puede que no sean eficaces en todos los pacientes.