Albert Barberà: “Tenemos los activos para ser el nuevo Massachussets, pero para ello tenemos que ir todos en bloque”
Director general de Biocat
Albert Barberà es director de Biocat desde principios de 2016, cuando se incorporó en sustitución de Montserrat Vendrell, actual directora del BIST. Barberá es licenciado en Química y Farmacia y doctor en bioquímica y biología molecular por la UB. Con estudios también en dirección financiera y gestión científica, Barberá estuvo en la Mount Sinai School of Medicine y la Rockefeller University de Nueva York. Ha desarrollado gran parte de su carrera en el IDIBAPS, el CIBERDEM con cargos en la gestión de la ciencia, y antes de entrar en Biocat era director del IDIBGi.
En una conversación con el director de Biocat, la palabra "reto" aparece de manera persistente. Lo utiliza para hablar de su nueva tarea dirigiendo la entidad, que este año celebra su 10º aniversario, pero también considera todo un desafío motivador esta nueva etapa. Después de una década de desarrollo de la BioRegión, ahora toca consolidarse y transferir. En la inminente madurez del sector sólo parece amenazarla una sombra: la de la financiación.
Ahora que lleva ocho meses al frente de Biocat, ¿cómo valora el camino que ha recorrido hasta ahora? ¿Cuáles son sus principales fortalezas?
Para mí, profesionalmente, asumir la dirección de Biocat es un reto muy interesante. Estos meses he entrado en contacto con todo lo que la organización representa, una entidad estratégica dentro del sector de las ciencias de la vida y la salud. El primer trabajo ha sido conocer el día a día en profundidad, y en paralelo, dada la transversalidad de la entidad, hablar con los principales agentes del sector (empresas, emprendedores, administración, fondos de inversión...), una tarea muy enriquecedora. Biocat tiene una gran fortaleza: los diez años que ya lleva trabajando. Ha sido un agente importante para hacer que la BioRegión esté hoy donde está. Es un punto donde se encuentran diferentes ámbitos y visiones y donde se impulsan actividades que aglutinan y donde participan un gran número de actores del ecosistema.
¿Dónde cree que debe poner el foco la entidad y todos los que forman parte?
El principal objetivo es garantizar que la excelente investigación que se hace en Cataluña –y que los indicadores confirman– se transfiera al sector productivo, que tenga un impacto económico que se pueda medir en creación y crecimiento de empresas, y en generación de puestos de trabajo. Asimismo, que tenga también un impacto social: nuevos medicamentos, nuevas tecnologías y nuevas formas de organizarse. La sociedad financia la investigación, y esto, junto con la tendencia hacia la búsqueda responsable, nos obliga a todos, cada vez más, a hacer un esfuerzo para conseguir que haya transferencia. La valorización es un reto común, y Biocat debe tener un papel clave en reducir este gap que se encuentra entre el sector público y el sector privado. Tiene la capacidad y la estructura para hacerlo posible.
En este sentido, el Informe Biocat 2015 indica esta cierta desconexión entre empresa e investigación. ¿Cómo mejoramos esta realidad?
Haciendo un esfuerzo entre todos: la administración por entender que se deben poner instrumentos para ayudar a que las cosas pasen, la academia para impulsar el emprendimiento, y la empresa para comprender la importancia de la colaboración. Biocat como entidad transversal puede ayudar a acercar los tres sectores y hacer que se entiendan hablando un lenguaje similar. Tenemos los activos para ser el nuevo Massachussets pero todavía no lo somos. Para ello tenemos que ir en bloque: el esfuerzo debe ser conjunto.
El sector de las ciencias de la vida y la salud es un sector en constante transformación: ¿cuáles son las tendencias a las que debemos estar atentos?
Una de las principales tendencias globales es la necesidad de colaboración entre sectores como palanca de cambio y de crecimiento. Las características de nuestro entorno hacen que la participación y el liderazgo del conjunto de los actores sea cada vez más importante. Otra tendencia es la convergencia entre subsectores (proveedores, empresas biotec/farma/medtech/digital health): las fronteras se están difuminando como consecuencia de los últimos avances científicos y tecnológicos. Una farma que quiere ofrecer productos beyond the pill necesita del medtech y del digital health; un hospital que quiere reducir su gasto en farmacia debe hablar con la farma, etc. Ya no estamos tan sectorializados como antes y debemos tener el chip de la innovación disruptiva. De hecho, para mí estas zonas fronterizas entre sectores son las más interesantes, ya que encuentras gente que te ayuda a plantearte los problemas desde una perspectiva totalmente diferente. La tercera tendencia es la necesidad de hacer frente a nuevos retos: la reducción de gasto, los nuevos partenariados entre empresas, nuevos sistemas de pago, la entrada de nuevos actores de otros sectores, etc. Todo va muy ligado. Si queremos crear valor en este nuevo paradigma habrá que converger y colaborar.
¿Cómo se relacionan los retos del sistema hospitalario con la tendencia creciente hacia el digital health?
El digital health está cada vez más enfocado a la prevención, a utilizar los datos para ser capaces de conseguir modelos predictivos que permitan prever la enfermedad antes de que debute. El aumento de enfermedades crónicas y la cronificación implica tratamientos complejos y complicaciones a largo plazo, por lo tanto, la manera más eficiente de actuar es la prevención. El acceso a la información genómica, fenotípica y clínica obtenida a través de los dispositivos digitales es la combinación perfecta para afrontar este reto, que es complejo, ya que supone cambiar los hábitos del paciente y poner de acuerdo a los diferentes actores que intervienen.
¿Qué evolución de la BioRegión querría ver en la próxima década?
El objetivo de la dirección de Biocat es posicionar internacionalmente Cataluña como una región puntera en investigación, innovación y emprendimiento. Para ello, tenemos que conseguir que todas las piezas del ecosistema se alineen, y continuar trabajando para construir una BioRegión dinámica, competitiva y capaz de atraer la atención de investigadores, empresas e inversores. Tenemos los ingredientes para hacerlo y debemos ser críticos para hacerlo mejor, pero también hay que saber reconocer lo que tenemos y proyectarlo en el mundo.