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El 20% de los niños y niñas presentan riesgo de desarrollar un problema neurológico durante la infancia como una epilepsia, retraso mental, trastornos de aprendizaje y neuropsiquiátricos (como el autismo o el TDAH), y trastornos del movimiento (distonías, parkinsonismo) según afirman varios estudios publicados en revistas científicas de referencia. Y este es el tema en el que se ha centrado el último B·Debate del año, titulado "Connecting the Growing Brain. Understanding Neuropaediatric Diseases".

"Los trastornos del intelecto, la conducta y la función motora afectan al cerebro de los más pequeños de forma global", explica la doctora Ángeles Garcia-Cazorla, líder de este B·Debate y coordinadora de la Unidad de Neurometabolismo del Hospital Sant Joan Déu, sobre el cerebro infantil todavía en desarrollo y poco diferenciado en áreas como el del adulto.

Los expertos internacionales reunidos en CosmoCaixa han discutido sobre las enfermedades neuropediàtriques a partir de la conexión sináptica, es decir, las conexiones entre neuronas que transfieren información al cerebro. Cualquier interferencia durante este proceso puede determinar circuitos anómalos que acaben desembocando en una patología neurológica, que además se puede manifestar en una sintomatología diferente. Por ejemplo, enfermedades tan diferentes como el Parkinson y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) comparten mecanismos similares en el cerebro, donde en las sinapsis existe un mal funcionamiento de la dopamina. O una misma mutación genética puede causar entre los miembros de una misma familia epilepsia en una persona y autismo en otra.

"El hecho de acercarnos a las enfermedades neurológicas en base a su síntoma principal hace que no consideremos que síntomas diferentes pueden tener mecanismos moleculares comunes, el cual también limita las posibilidades de tratamiento", apunta la doctora Garcia-Cazorla. Actualmente existen tratamientos estandarizados para cada enfermedad sin que los profesionales entiendan con detalle su fisiopatología.

Garcia-Cazorla destaca la gran inversión en enfermedades neurológicas del adulto, como el Alzheimer y otras enfermedades degenerativas, en comparación con las enfermedades de los niños. Los científicos que han participado en el debate han puesto énfasis en seguir trabajando para conseguir marcadores sinápticos, a través de la neuroimagen u otras técnicas de análisis, que permitan diseñar nuevos tratamientos e incluso se pueda llegar a obtener un programa de cribado neonatal -similar al que se utiliza para las enfermedades metabólicas congénitas- para diagnosticar de forma precoz los menores que presenten riesgo de desarrollar alguna patología neurológica para tratarlas antes, e incluso detener su desarrollo.

Las jornadas fueron presentadas el jueves por la misma doctora Garcia-Cazorla; el director del Área de Investigación y Conocimiento de la Fundación 'la Caixa'; Jordi Portabella; la directora de Investigación y Debate Científico de Biocat, Laia Arnal; la profesora de biomedicina en la Universidad de Bergen, Aurora Martínez, y el profesor de neurociencia y fisiología en la Universidad de Nueva York y experto en TDAH, Xavier Castellanos, que destacó que es un "momento de oportunidad" para ampliar los conocimientos, pero que los avances surgirán principalmente de compartir datos.

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