"Somos cuatro mentes completamente diferentes pero vamos todos a una porque queremos cambiar la vida de los pacientes"
Equipo Dheart. Fellows de la edición d·HEALTH Barcelona 2017 que ha hecho la inmersión clínica en el Hospital Sant Joan de Déu.
¿Qué hacen una diseñadora, un ingeniero, un farmacéutico y una graduada en biomedicina en una sala de hospital? Son Mireia Aleu, Marc Rafat, Eduard Guerrero y Maria Fernández y quieren innovar en salud. Los cuatro fellows del programa d·HEALTH Barcelona, una iniciativa de Biocat para acelerar el emprendimiento en salud en Cataluña, han hecho una inmersión clínica en el área de cardiología del Hospital Sant Joan de Déu. Allí han identificado necesidades clínicas no cubiertas con el objetivo de desarrollar una solución innovadora y crear su propia start-up. En esta entrevista nos cuentan cómo lo están viviendo.
¿Qué tal ha ido la inmersión clínica en el Hospital Sant Joan de Déu?
Marc Rafat: Llegamos con ganas de comernos el mundo. El equipo de cardiología nos ha tratado muy bien. Hemos estado en quirófanos en operaciones a corazón abierto, a las consultas externas, salas de cateterismos, en la UCI. Y al ser el hospital pediátrico de referencia en Cataluña, tienen muy buenos cirujanos cardiopediátricos y hemos visto los casos más complejos y únicos. Ha sido un privilegio.
Mireia Aleu: Estamos en un hospital muy potente en innovación y yo tenía la sensación de que sería todo genial y no podríamos hacer muchas cosas. Pero aún así hemos visto cosas que no funcionan. Siempre hay una ventana para innovar. Por ejemplo, en cardiopediatría las grandes empresas no se quieren poner, pero los niños tienen muchos problemas porque todo está diseñado para adultos.
¿Os sentís capaces de emprender?
Mireia Aleu: Yo sí, lo tengo clarísimo. Quiero hacer algo por mí misma sin depender de las grandes empresas o de otra persona. Confío mucho en nosotros. Si tenemos una buena idea, el dinero vendrá solo. Aún tenemos muchas incógnitas pero nos lo creemos y nos estamos ajustando a la realidad para hacer algo factible a todos los niveles.
Eduard Guerrero: Hemos analizado los proyectos de años anteriores para ver los aciertos y los errores, nos fijamos en la idea, el procedimiento, los costes para el hospital.
Maria Fernández: Nosotros tenemos un reto muy grande porque cardiología utiliza mucha tecnología y es la disciplina donde más se innova. Además, la tecnología está dominada por tres o cuatro grandes empresas.
Marc Rafat: La regulación en cardiología es muy complicada. Las grandes empresas pueden asumir estos procesos pero para nosotros, como grupo pequeño, será difícil encontrar un lugar en el mercado. Es un desafío que a la vez nos motiva y nos asusta.
Tenéis perfiles muy diferentes. ¿Qué tal el trabajo en equipo?
Maria Fernàndez: No es fácil encontrarte con tres personas que no conoces de nada y hacerlas las personas que más ves a la semana. Somos cuatro mentes completamente diferentes, con diferentes personalidades, edades, experiencias vitales y situaciones personales. El punto en común que tenemos todos es que queremos hacer algo que tenga un impacto real y sea útil, que cambie la vida de los pacientes. Yo hice biomedicina y la única salida que te ofrecían era la investigación. O investigación o morir. Me faltaba el trato directo con el paciente.
Marc Rafat: Precisamente me apunté a este máster por su vertiente práctica: no está pensado para generar ciencia, sino negocio y, por tanto, impacto. Mi mujer estuvo enferma, tuvo una enfermedad y se murió. Queremos crear algo que tenga un impacto en la salud no sólo para hacer dinero sino para mejorar la vida de alguien. Es en lo que estamos de acuerdo y por lo que trabajamos.
Al principio del programa hacéis unas sesiones de team building con KaosPilot para conoceros entre vosotros e incentivar la cohesión del grupo. ¿Os han ayudado a trabajar mejor en las fases posteriores?
Maria Fernández: Nos han ayudado mucho a gestionarlo. El trabajo en equipo lo hacemos todos desde el momento que nacemos, formamos parte de una familia, vamos a la escuela, y no te das cuenta de lo que haces pero cuando alguien te cuenta las bases de qué es el trabajo en equipo, te hace analizarte y analizar los otros, coges conciencia de todo.
Mireia Aleu: Te enseñan cosas tan básicas como escuchar. ¿En las escuelas te enseñan a escuchar? Nunca. Son cosas con las que has convivido toda la vida pero que nunca las has puesto en práctica de forma consciente. Esto nos servirá para toda la vida.
Nunca dejamos de aprender cosas nuevas.
Eduard Guerrero: Todos estamos acostumbrados a trabajar en equipo pero nunca lo habíamos hecho de esta manera. En cualquier empresa hay un liderazgo y una jerarquía, pero aquí no hay porque somos todos iguales. Tenemos libertad absoluta y no sabemos cómo lo tenemos que hacer. Estamos aprendiendo sobre la marcha.
Mireia Aleu: Otro aprendizaje importante para mí es que hemos recibido clases multidisciplinares de temas muy diversos, desde design thinking hasta la gestión de un hospital. Nos estamos formando en muchos temas a la vez y hemos conocido profesores que se habían formado en un sector y ahora trabajan en otro. Esto me ha dado motivación para pensar que, aunque sea diseñadora, puedo encajar en el sector de la salud y ser útil.
¿Creéis que formar un equipo multidisciplinario es uno de los puntos fuertes del programa?
Maria Fernández: Sí, este programa rompe un poco los estereotipos de la universidad. Tener backgrounds muy diferentes se ve como algo negativo porque parece que no te hayas especializado en nada, pero para mí no es así. Para mí eres mucho más potente si tienes más que ofrecer y de ámbitos diferentes. Hay que abrirse un poco más si queremos innovar.
Eduard Guerrero: Una de las lecciones que me llevo de la estancia en el hospital es la interprofesionalidad que hay. En cardiología hay muchos ingenieros y se comunican perfectamente con los médicos. Los médicos siempre se han visto como profesionales que van "a la suya", pero yo he visto que están muy dispuestos a trabajar con profesionales de otros ámbitos si esto debe ayudar a los pacientes. He roto estereotipos que tenía. En el hospital todo el mundo quiere lo mejor para el paciente, es un ambiente muy positivo que a ti también te impulsa fácilmente a trabajar para esta causa.