Pasar al contenido principal

REDACCIÓN

Desde la publicación de la secuencia del genoma humano se ha producido un goteo constante de descubrimientos de pequeñas alteraciones cromosómicas causantes de síndromes del neurodesarrollo de mal pronóstico, que no se pueden detectar con los estudios prenatales actuales, pero si con la utilización de nuevas tecnologías.

Un proyecto de investigación colaborativo entre los departamentos de genética, ginecología y obstetricia de los Hospitales Universitarios Vall d'Hebron (Barcelona) y La Paz (Madrid) y la empresa biotecnológica catalana qGenomics —spin-off del Centro de Regulación Genómica de Barcelona y la Universitat Pompeu Fabra creada en 2008— demuestra la superioridad diagnóstica de los chips de ADN sobre el actual estándar asistencial.

El estudio ha consistido en valorar la fiabilidad técnica, la capacidad de detección, el tiempo de respuesta y el coste de la tecnología estándar (cariotipo citogenético) en comparación con  nuevas tecnologías como pueden ser la MLPA (multiplex ligation-dependent probe amplification) o los chips de ADN. También se ha valorado el grado de aceptabilidad de este nuevo tipo de pruebas entre una muestra de 900 embarazadas (96%).

Los resultados indican que los chips de ADN son técnicamente tan fiables como el estándar actual —con una tasa de error inferior al 1%—, y además aportan una tasa de detección de alteraciones genéticas causantes de patología más elevada (6,2% de los casos), que es un 34% superior a la actual combinación establecida de cariotipo y QF-PCR (4,6% de los casos). Esta tasa de detección es más elevada entre las pacientes con alto riesgo obstétrico (12,7%), pero ha sorprendido la elevada tasa de alteraciones que se ha detectado (4,2%) en embarazos que, de acuerdo con los criterios actuales, son considerados de bajo riesgo.

En conjunto, pues, los chips de ADN son la herramienta diagnóstica más adecuada para el estudio de alteraciones cromosómicas en un embarazo de riesgo.

El estudio, que se publicó el 6 de octubre pasado en la versión digital de la revista internacional Human Genetics, ha sido coordinado por el Dr. Pérez-Jurado, catedrático de genética de la Universitat Pompeu Fabra y coordinador del CIBERER, y financiado por la Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías Sanitarias.

El estándar asistencial actual

Según datos facilitados por las entidades de este proyecto, cerca de un tercio de las mujeres embarazadas cumplen criterios de riesgo (edad materna avanzada, pruebas bioquímicas alteradas, historia familiar, anomalías ecográficas...) de tener un feto con alteraciones genéticas, y son sometidas a una prueba invasiva (amniocentesis u obtención de vellosidades coriales) para obtener y poder estudiar los cromosomas fetales.

Desde hace más de 30 años, la solución tecnológica establecida pasa por realizar un cariotipo citogenético (que en algunas comunidades se complementa con una determinación rápida de alteraciones, llamada QF-PCR), que consiste en la observación directa en el microscopio de los cromosomas fetales teñidos con colorantes. El cariotipo es una técnica lenta y laboriosa, que requiere la dedicación de muchos recursos humanos altamente cualificados y que, además, tiene una resolución muy limitada, que no permite detectar alteraciones de tamaño considerable (5-10Mb).

Suscríbete a nuestras newsletters

Toda la actualidad de Biocat y del sector de las ciencias de la vida y la salud en tu badeja de entrada.