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El presidente y consejero delegado de Grífols, Víctor Grífols Roura, dejará en enero de 2017 el cargo de consejero delegado que será asumido de manera solidaria por su hijo, Víctor Grífols Dios, y su hermano Raimon Grífols, según comunicó la compañía catalana de hemoderivados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Sin embargo, Víctor Grífols Roura se mantendrá como presidente no ejecutivo de la compañía.

El plan de sucesión, que fue aprobado de forma unánime por el Consejo de Administración de Grífols el pasado día 10 de diciembre, establece 2016 como período de transición para conseguir un relevo ordenado y planificado. El mismo plan también prevé el nombramiento de Thomas Glanzmann, presidente de la filial estadounidense del grupo y expresidente de su competidor Baxter, como vicepresidente no ejecutivo.

La decisión de hacer definitiva la sucesión en 2017 va ligada al hecho que el actual presidente cumplirá 67 años, de modo que cederá el cargo a la misma edad que lo hizo su padre, en 1987. Desde entonces, el grupo Grífols ha pasado de ser una compañía centrada en el mercado español a tener presencia internacional -en más de 100 países-, y a cotizar en la bolsa española y en Estados Unidos. "Ha llegado el momento de ceder la responsabilidad ejecutiva de Grífols a una nueva generación muy bien preparada y capaz de dirigir la compañía hasta niveles tan altos como los conseguidos desde 1987 hasta hoy. Estoy tranquilo porque he depositado mi confianza en los mejores candidatos.", afirmó el actual presidente del grupo.

Para hacer efectivo el relieve, el plan prevé el nombramiento de Víctor Grífols Deu como consejero ejecutivo en la próxima junta general ordinaria prevista para el 2016. Por su parte, Raimon Grífols, socio del bufete Osborne Clarke, ya era consejero de la compañía y anteriormente había sido secretario del consejo. "Mis sucesores podrán enfocar y aceptar los retos del futuro con más objetividad de la que yo podría aplicar", destacó Grífols Roura.

Esta sucesión permitirá mantener la gestión de la compañía en manos de la familia Grífols (fue fundada por el abuelo del actual presidente), aunque a pesar de las sucesivas ampliaciones de capital su participación se ha diluido aproximadamente hasta el 25% del capital. El grupo Grífols, que tiene su sede central en Barcelona, ​​ha celebrado este año su 75 aniversario, y actualmente es líder internacional en la producción de medicamentos biológicos derivados del plasma y en la obtención de plasma, con 150 centros de donación a Estados Unidos.

 

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