presidente de la Comisión Ejecutiva de Biocat
Artículo de opinión
El pasado 7 de octubre, en Bruselas, se presentó el proyecto HealthTIES, una iniciativa que reúne cuatro de los principales bioclusters europeos en el ámbito de las tecnologías médicas: el holandés Medical Delta, que pivota sobre las universidades de Leiden y Erasmus de Rotterdam, con más de 400 empresas y uno de los parques científicos y tecnológicos más importantes de los Países Bajos; el clúster desarrollado entorno de Oxford y el valle del Thames, donde se emplazan 22 universidades y más de un millar de empresas; el suizo Life Science Zurich (LSZ), que cuenta con 3 universidades, 26 centros clínicos y un importante tejido industrial; y Biocat, que aporta al proyecto la fuerza de nuestras 9 universidades con estudios de biociencias, los 9 parques científicos y tecnológicos catalanes activos en biotecnología, biomedicina y tecnologías médicas, los más de 400 grupos y 60 centros de investigación que trabajan en ciencias de la vida, nuestra red de más de 200 hospitales entre los que se encuentran 6 de los más importantes del Estado en investigación clínica y las 350 empresas del sector biomédico y biotecnológico catalán.
Este no es el único, pero sí uno de los más importantes proyectos europeos que estamos impulsando desde Biocat, un proyecto que tiene como objetivo acelerar el ciclo de innovación en el ámbito de las tecnologías médicas, y promover una mayor y más efectiva interacción entre educación, investigación e infraestructuras médicas en las cuatro áreas terapéuticas clave (cáncer, enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas e infecciones) por una Europa que tiene como principal reto médico el envejecimiento de su población.
Cataluña está especialmente bien posicionada para contribuir al desarrollo de nuevas tecnologías médicas y para ser un modelo de innovación para otras áreas del continente. Cuatro centros de nuestra red hospitalaria cuentan ya con unidades de innovación (Parc Taulí, Clínic, Sant Joan de Déu y el Institut Guttmann) y cuatro más las están poniendo en marcha (Bellvitge, Sant Pau, Vall d'Hebron y Germans Tries); por otra parte, desde la Fundació Parc Salut se está impulsando una red de innovación entre hospitales de la provincia de Barcelona (Taulí, Consorci Hospitalari y Mútua de Terrassa, la Guttmann y los hospitales de Mataró, Igualada, Granollers, Vilanova y Manresa), lo que permite –y permitirá aún más en el futuro– llevar al mercado las innovaciones técnicas surgidas de la práctica clínica con una rapidez inédita en otros lugares, generando la creación de numerosas spin-off desde el sistema hospitalario.
A diferencia de lo que ocurre en otros países, aquí es este sistema hospitalario el que juega el papel tractor de la innovación en tecnologías médicas que en potencias tecnológicas como Alemania juega la industria. El nuestro es un sistema singular que tiene la ventaja de estar muy cerca tanto de las necesidades reales de los pacientes como los profesionales que los tratan.
El sistema público de salud catalán, con su inversión en investigación y su apuesta clara por la innovación, tiene mucho que aportar a Europa, y se refuerza yendo de la mano de clusters tan potentes como el de Oxford, el de Zurich y el del noroeste de Holanda. El proyecto Health-TIES es una primera muestra de lo que puede ser el trabajo en red en el marco de una comunidad de conocimiento e innovación en salud /ciencias de la vida del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (IET), una comunidad que aspiramos a liderar desde el bioclúster catalán. Porque podemos, porque tenemos el potencial de investigación, educación superior y tejido empresarial para hacerlo.
Sólo a modo de ejemplo: Cataluña cuenta con el 38% de las empresas de tecnologías médicas (270), que son responsables del 50% (3.700 millones de euros) de la facturación anual de todo el Estado español en este sector. Ésto sumado a la capacidad de innovación del sector hospitalario hace que nuestro país un key player en el escenario europeo de la biomedicina. Una posición que deberemos saber explotar en beneficio del desarrollo económico de Cataluña en el marco de proyectos como el IET.