"El Centro Nacional de Análisis Genómico de Barcelona permitirá poner en marcha investigaciones internacionales a gran escala"
director del nuevo Centro Nacional de Análisis Genómico
El director del nuevo Centro Nacional de Análisis Genómico, ubicado en el Parc Científic de Barcelona, es uno de los científicos con más prestigio y experiencia internacional en el ámbito de la genómica. Antes de llegar a Barcelona era director asociado del Centre National de Genotypage francés y liderava el grupo del Institut Max-Planck de genética molecular.
La puesta en marcha del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG), que se suma a las nueve grandes infraestructuras científicas de alto nivel que tiene Cataluña, debe asegurar la competitividad del Estado español en un área estratégica como es la genómica.
Más concretamente, el CNAG debe contribuir al desarrollo competitivo de sectores de gran relevancia económica como la biomedicina, la agricultura, la biotecnología de alimentos, las energías renovables y la bioingeniería del medio ambiente, y debe cubrir la creciente demanda de secuenciación del Estado en relación con proyectos de gran envergadura como la participación en el Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer, que generará un catálogo de todas las alteraciones del genoma de 50 tipos y subtipos de cáncer.
El nuevo centro está financiado a partes iguales por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Generalitat de Catalunya, y funciona en línea a los objetivos estratégicos planteados en el Programa Ingenio 2010, la Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología y el Plan Nacional de I+D+i 2008-2011.
¿Cómo definiría el Centro Nacional de Análisis Genómico?
Es un proyecto muy emocionante. Ha nacido con la clara vocación de ser un centro de análisis genómico con renombre internacional, contando con las últimas y más avanzadas tecnologías de secuenciación genómica que se encuentran en el mercado. Esto nos permitirá obtener importantes resultados en un periodo de tiempo mucho más corto al que estábamos acostumbrados. De hecho, al principio podremos generar 15 gigabases por día, y eso implica poder secuenciar el genoma de una persona en tan sólo dos días cuando hace un tiempo podríamos estar hablando de tres semanas.
¿Podría dar un ejemplo más de lo que significa esta capacidad de procesamiento?
Debemos tener en cuenta que la primera secuenciación del genoma humano tardó diez años en hacerse, con un coste humano de miles de personas y con un coste económico de 3 mil millones de dólares. Pero ahora, con los últimos instrumentos tecnológicos y científicos, con unos pocos miles de euros y un equipo de unas treinta personas, tenemos descifrado el genotipo de un ser humano en dos días.
¿Por qué el CNAG se centra principalmente en el análisis genómico del cáncer?
Nuestra capacidad de secuenciación genómica permite avanzar mucho más rápidamente en la investigación contra el cáncer, donde es fundamental entender el ADN de los diferentes tumores. Nos centraremos en descifrar el genoma de la leucemia linfática crónica (LLC) debido a la implicación que tenemos con el Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer. También podemos detectar las pequeñas mutaciones genómicas que permiten prever la aparición de los diferentes tumores y entender los procesos que conllevan su desarrollo. A partir de aquí, son muchas las cosas que podemos hacer, entre las que podemos destacar la creación de nuevas herramientas de diagnóstico o nuevos (y más efectivos) tratamientos.
¿Es cierto que otros sectores como la agricultura o las energías renovables se pueden beneficiar de la investigación realizada por el CNAG?
Exacto. De hecho, podemos secuenciar el genoma de algunas especies para determinar su adaptación en algunas condiciones climáticas específicas o ver de qué manera podemos reforzar las para aumentar sus propiedades. En consecuencia, también podemos utilizar muchas de estas investigaciones con plantas para desarrollar diferentes tipos de biocombustible, obtener hidrógeno de las reservas acumuladas que tienen las propias plantas o encontrar nuevos aplicativos científicos para mejorar nuestra vida diaria.
¿Cómo es de importante la relación entre el CNAG y el Barcelona Supercomputing Center?
La relación que mantenemos ambos centros es fundamental para que podamos desarrollar nuestra tarea. Los ingenieros del Barcelona Supercomputing Center construyeron la infraestructura informática básica que necesitamos el CNAG y nos dan una supervisión constante de los equipos. Básicamente, se encargan de que todo funcione correctamente y administran nuestros equipos. Además, nos dan una capacidad de procesamiento extra en caso de que la necesitamos para alguna investigación concreta.
¿Qué ventajas tiene para el CNAG su ubicación en el Parc Científic de Barcelona?
Personalmente, considero que es un magnífico entorno para desarrollar nuestro trabajo. Gracias a esta localización podemos interactuar con otras entidades, organismos y empresas para poner en marcha sinergias, muy positivas para el mundo científico. Además, la proximidad obvia con la Universitat de Barcelona nos ha permitido contactar con universidades como la de Valencia o Salamanca, de manera que se aumenta la interactividad entre los agentes del mundo científico de todo el Estado.
Usted proviene de Basilea y ha estado muchos años trabajando en Francia. ¿Cómo ve la situación del mundo científico en el Estado español?
Considero que el progreso que se ha hecho en el ámbito científico es fantástico. En los últimos 10 o 15 años se han construido instalaciones únicas en Europa, se ha conseguido atraer a los jóvenes que, cada vez, piden estudiar carreras de nuestro ámbito en las universidades. Creo que no tiene nada que envidiar a los estados del resto de Europa y esto se debe, como decía, a los grandes esfuerzos realizados los últimos años por todos los agentes. Sería una pena que la crisis financiera pudiera estropear este fantástico recorrido, aunque confío en que esto no se produzca y que el Estado español pueda continuar el camino que tantos éxitos le ha reportado los últimos tiempos.
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