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Dr. Joan Seoane y Judit Anido

fundadores de Mosaic Biomedicals (junto con el Dr. Josep Baselga)


Seoane es uno de los científicos catalanes más reconocidos en oncología. Doctor en Química por la UB y profesor de investigación ICREA. Trasestancias en laboratorios europeos y norteamericanos, se incorporó al Programa de Biología Celular del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York. Dirige el Programa de Investigación Traslacional del VHIO. Anido es doctora en Biología por la UB y durante 10 años hizo investigación traslacional en cáncer en el VHIO. Cursó un MBA en la Duke University (Estados Unidos) y ha desarrollado sus conocimientos empresariales en Genentech.


Mosaic Biomedicals es la primera spin-off del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO). La empresa se dedica al desarrollo de nuevas terapias personalizadas que eliminan las células madre tumorales de una manera efectiva y ya dispone de un producto en fase preclínica.

Creada hace tan sólo un año en Barcelona por los científicos catalanes Joan Seoane, Judit Anido y Josep Baselga —director del Memorial Sloan-Kettering de Nueva York y director médico del VHIO—, Mosaic Biomedicals ha ganado la quinta edición del premio BioEmprenedorXXI de "la Caixa", Barcelona Activa, Biocat y la Cámara de Comercio de Barcelona, además de obtener otros galardones como mejor proyecto en biotecnología.

Los fundadores forman un tándem ideal: el Dr. Baselga, desde los Estados Unidos, aporta su experiencia en el desarrollo clínico de medicamentos personalizados; el Dr. Seoane lidera la vertiente científica del proyecto y Anido, la estrategia empresarial.

¿Cuando decidisteis fundar Mosaic Biomedicals?

A partir de mi trabajo —explica el Dr. Seoane—, en la investigación de los mecanismos moleculares implicados en el cáncer, vemos que algunos pueden ser importantes para desarrollar terapias, especialmente, en las células madre tumorales, más resistentes al tratamiento normal y responsables de la metástasis y que el tumor vuelva a crecer. Podemos aislar estas células y estudiarlas, pero nosotros lo hacemos de una manera diferente, a partir de los pacientes que se tratan en el Hospital de la Vall d'Hebron de Barcelona. Por lo tanto, estamos estudiando el cáncer de la manera más cercana posible a la realidad del paciente. Pero queríamos ir más allá, generar una patente e intentar valorizarlo. Decidimos crear una spin-off para llegar rápidamente a un tratamiento real para el paciente. Es una idea que estamos trabajando desde hace tiempo, pero la hemos empezado a consolidar a raíz del premio BioEmprenedorXXI.

El contexto de crisis actual, especialmente en el sistema sanitario, ¿os afectó en el momento de crear la empresa?

No, porque creímos que era el momento de sacar adelante el proyecto. Además, pensamos que estas iniciativas son una manera de dinamizar la economía de la investigación, tal como se está haciendo en otros países. Con iniciativas como la nuestra, se genera conocimiento, pero también valor económico a medio plazo, ya que se devuelve a la sociedad la inversión que ha hecho en investigación.

Precisamente, hoy en día, las fuentes de financiación son básicas. ¿Cuáles son las vuestras? ¿Qué inversiones habeis conseguido?

Tenemos la ayuda de 20.000 euros del premio BioEmprenedorXXI y los de los galardones a mejor proyecto en biotecnología. También buscamos las fuentes de financiación habituales para este tipo de empresas: financiación privada, con ángeles inversores y capital riesgo, una opción que estamos explorando y de la que estamos recibiendo muy buen feedback. El laboratorio del Dr. Seoane ha recibido ayudas de financiación pública como Prova't, una iniciativa de la Generalitat que nos ha concedido 300.000 euros, y un Proof of Concept del Consejo Europeo de Investigación dotado con 150.000 euros —Mosaic Biomedicals es el único proyecto de España entre las 33 ayudas otorgadas en la convocatoria de 2012. El objetivo de estas dos ayudas es valorizar y explotar la tecnología desarrollada en el laboratorio del Dr. Seoane y crear la spin-off Mosaic Biomedicals.

Participasteis en el último programa BioEmprenedorXXI, que ofrece a los proyectos seleccionados un acompañamiento personalizado con un gran número de actividades dirigidas a la formación, la creación de redes de contactos y la preparación para la inversión. ¿Cómo os ha ayudado?

Es un programa muy bien hecho, extenso y que acompaña a los emprendedores del ámbito de las ciencias de la vida. Por lo tanto, da una gran oportunidad a los científicos que tenemos la inquietud de hacer algo más allá del laboratorio y nos ayuda a estructurar nuestra idea y sacarla adelante. Además, da la opción de conocer gente del mundo biotecnológico.

¿Qué ha supuesto para Mosaic Biomedicals ganar el premio BioEmprenedorXXI?

Sobre todo, la visibilidad, el prestigio y el impulso, teniendo en cuenta, además, que nos seleccionaron en una votación de 25 personas expertas e inversoras en biotecnología. Por tanto, el galardón nos ha ayudado mucho materialmente, pero también desde un punto de vista moral porque supone un reconocimiento de lo que estamos haciendo.

Tenéis el primer producto en fase preclínica. ¿En qué consiste? ¿Qué posibilidades de éxito tiene para continuar desarrollándose y llegar al paciente?

Tiene un efecto muy potente contra las células madre tumorales y, por tanto, pensamos que también afectará a la iniciación de los tumores y la metástasis, y quizás prevendrá la resistencia a algunos tratamientos. Además, es muy específico, por lo que, seguramente, no tendrá demasiados efectos secundarios tóxicos ni afectará a las células sanas. Ahora tenemos que demostrar que no es tóxico y que se puede producir en grandes cantidades para entrar en la fase I de ensayo clínico y empezar a probarlo en pacientes en unos dos años. En este sentido, tenemos la ventaja de encontrarnos en una de las mejores plataformas del mundo en ensayos clínicos, lo que nos permitirá diseñar y desarrollar el ensayo de una manera rápida y efectiva.

Debe ser de gran ayuda que el Dr. Seoane sea el director del Programa de Investigación Traslacional en el VHIO.

Sí, porque nos permite estudiar la enfermedad de una manera global y multidisciplinar, además de hacer medicina personalizada. Y es que, cuando probamos un compuesto, tomamos muestras y células del paciente y las ponemos en ratones, de forma que reproducen el mismo tumor, para poder estudiar la biología y los tratamientos que funcionan. Esto se consigue con multidisciplinariedad, a través de un equipo de cirujanos, oncólogos, patólogos, biólogos, químicos, farmacéuticos e, incluso, informáticos, para abarcar todos los ámbitos de la enfermedad. Todo ello sólo es posible en un ámbito hospitalario porque requiere estar cerca del paciente.

¿Estais trabajando en algún otro proyecto?

Sí, en varios, pero todos están basados en las células madre tumorales. Una de las características de Mosaic Biomedicals son las terapias personalizadas. Por este motivo, a la hora de desarrollar un compuesto terapéutico, también desarrollamos un kit que nos permita seleccionar el paciente a tratar. Hoy en día la medicina personalizada permite identificar aquellos pacientes con más posibilidades de beneficiarse de un tratamiento, haciendo que tanto éste como el proceso clínico sean mucho más eficientes y rápidos.

En cuanto a la internacionalización, ¿en qué punto os encontráis?

Desde el primer día, pensamos la empresa en términos globales, ya que queremos que nuestros productos lleguen a todo el mundo. Además, en nuestro equipo, queremos atraer gente internacional y no sólo de aquí. Por ello, en un futuro próximo, nos gustaría dar el paso hacia Estados Unidos, una potencia mundial en biotecnología. De hecho, por nuestra experiencia, tenemos mucho vínculo internacional y, por este motivo, nos queremos acercar a cualquier fuente de financiación, interacción, colaboración o sinergia, independientemente de donde sea.

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