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Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) de Barcelona han descubierto que la proteína LSM-1, que está presente en todos los organismos vivos, protege de los golpes de calor. El estudio, publicado en la revista RNA, se ha probado con gusanos elegans -que se utilizan como modelo animal en investigación biomédica- y se ha podido demostrar que los gusanos transgénicos con niveles elevados de esta proteína eran más resistentes a las subidas bruscas de temperatura que el resto, que morían.

Para corroborar la observación, se aumentaron los niveles de proteína LSM-1 en diversos tipos de gusanos transgénicos para verificar que era aquella proteína la que les permitía resistir y que no se trataba de un aspecto artefactual de uno de los transgénicos.

"Estos transgénicos sobreexpresan la proteína dentro del genoma (estaban integrados) o desde plásmidos externos al genoma. En todos casos los gusanos resistían más el calor ", explica Julián Cerón, miembro del grupo de investigación del IDIBELL.

Los investigadores también han descubierto que la secuencia de la proteína ya existía en las formas de vida más antiguas y que puede proteger las bacterias de los cambios en el ambiente. El impacto de las olas de calor veraniegas es cada vez más negativo y muchas patologías empeoran, hecho que se agrava con la adversidad del cambio climático. Según el comunicado del Instituto, en 2003 en Europa murieron cerca de 70.000 personas por aspectos relacionados con las altas temperaturas.

Este trabajo podría abrir la puerta a nuevas líneas de investigación y es por eso que el equipo buscará proyectos con financiación. "Los próximos pasos serán investigar qué condiciones fisiológicas, farmacológicas y / o nutricionales pueden elevar los niveles de esta proteína", afirma Cerón.

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