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Montserrat Vendrell

Directora del Barcelona Institute of Science and Technology


Montserrat Vendrell cambió la bata de laboratorio (CSIC, Roche Institute of Molecular Biology, New Jersey, EE.UU.) para el fomento de la ciencia desde los despachos. Ahora, esta doctora en Ciencias Biológicas por la UB y grado ejecutivo en dirección de empresas por el IESE deja las riendas de Biocat y del Parque Científico de Barcelona y se convierte en la primera directora del Barcelona Institute of Science and Technology, que aglutina seis de los principales centros de investigación de Cataluña.


La hasta ahora directora de Biocat, Montserrat Vendrell, ha visto crecer esta entidad al mismo buen ritmo que lo hacían las empresas del sector de las ciencias de la vida y la salud y el ecosistema que las acoge. Tras el estallido de las bioempresas catalanas con el apoyo de Biocat, Vendrell se prepara ahora para una nueva etapa al frente del Barcelona Institute of Science and Technology. Los retos son similares: crecimiento, reconocimiento y sostenibilidad.

 

¿Cómo has visto evolucionar las ciencias de la vida y de la salud en Cataluña en esta década desde que asumiste la dirección general de Biocat?

La verdad es que ha sido la década de las ciencias de la vida y hemos tenido la suerte de vivirlo en directo desde primera fila. Cuando piensas en los recodos de siglo, en cómo estaba el sector, tanto en el número de empresas 'biotec' como en los centros de investigación que apenas empezaban a existir (los más antiguos hacen los diez años ahora), el panorama era muy diferente. Además, en diez años, por ejemplo, los recursos humanos implicados han subido un 50%. Han sido años de explosión de este sector.

¿Qué necesidades tenían entonces los empresarios del sector y cuáles tienen ahora?

Han aparecido nuevas necesidades a medida que las empresas evolucionaban. En los inicios, faltaba acceso al conocimiento y a los expertos, empresas de tu entorno que hubieran hecho el mismo trayecto antes que tú... En cambio, ahora empieza a haber un entorno mucho más maduro, la gente que empieza encuentra empresas que ya han pasado por el mismo camino. Además, hay plataformas como la nuestra, o como CataloniaBio, que ofrecen espacios de encuentro para fomentar la conciencia de comunidad...

¿Han persistido algunas necesidades?

La financiación de la empresa y su internacionalización siempre es un reto clave. Pero al igual que en estos diez años ha madurado el sector, también tenemos más instrumentos de financiación. Todavía necesitamos más, pero no tiene nada que ver el entorno que tenemos ahora con Caixa Capital Risc, Ysios Capital, Healthequity o Inveready, que están invirtiendo en el sector, que en aquel momento en que no hubiera podido mencionar ninguno de ellos y esto ya es un cambio muy importante.

¿Los inversores se han ido atreviendo a entrar en un sector que al principio les daba respecto?

Cuando hay oportunidades de inversión, entonces hay inversores: son las dinámicas de mercado. Y no estamos hablando de inversores de otros sectores que de repente vienen hacia este: a menudo son gente del sector, personas con trayectoria internacional que identifican lo que está pasando en nuestro país como una oportunidad de negocio y montan un fondo aquí, como es el caso de Ysios, o bien entidades como "la Caixa" que ya invertía en otros ámbitos y decidió crear un instrumento expresamente para este sector. Pero es verdad que hay otros factores, como el aumento del conocimiento tecnológico -el riesgo tecnológico inherente a estos proyectos siempre es una de las barreras-, además de la oportunidad de negocio que se desprende de algún caso de éxito.

¿La concentración de empresas es la vía para hacerlas más competitivas?

No es una estrategia única. Evidentemente, la masa crítica es importante y en Cataluña hemos pecado de que nuestras empresas nazcan pequeñas y se mantengan así durante demasiado tiempo. Se pueden intentar estrategias como la de fusionarse buscando complementariedades o ir a buscar fuera un acuerdo que te permita codesarrollo productos -como ha hecho Oryzon con Roche-. No tenemos por qué intentar avanzar solos. Las dinámicas de este sector, y más teniendo en cuenta el entorno global en el que nos encontramos, impulsan a encontrar alianzas. Y de ello también hemos aprendido: saliendo fuera, construyendo un discurso más sólido y a pesar del entorno de crisis, han habido historias de éxito de acuerdos internacionales con cara y ojos.

Hablando de crisis, ¿las empresas y los centros de investigación ya han salido?

No creo que se pueda hablar de ningún sector que haya salido. Los indicadores que tenemos son muy macroeconómicos y el impacto real en la economía diaria y en el funcionamiento de las empresas es diferente. Esta etapa de excesiva prudencia o enquistamiento quizás por falta de liquidez ha durado más tiempo del que debería. Comenzó más tarde precisamente porque los modelos de negocio de nuestras empresas son acíclicos y ahora empezamos a ver más dinamismo de inversiones como la de la empresa balear Sanifit, que acaba de captar 36,6 millones.

¿Esperamos más buenas noticias?

Sabemos que ahora se cerrarán nuevas rondas de financiación con otras empresas y también es relevante el hecho de que fondos internacionale tengan interés en entrar aquí. Cuando los inversores venden o crean fondo aquí es que estamos en un momento de crecimiento. Los requerimientos de financiación de una empresa que ya ha madurado no son los mismos que cuando empieza y se necesitan instrumentos financieros que cubran todas las etapas.

Uno de los objetivos de Biocat ha sido la internacionalización de las bioempresas catalanas. ¿En qué momento se encuentra el sector?

La internacionalización de este sector se produce desde el día cero para que las empresas, desde que nacen, hacen proyectos con partners de todo el mundo. En Biocat seguimos apostando para que salgan, formen parte de delegaciones bajo nuestro cobijo y también que puedan asistir a congresos o traerlos aquí, como el BioEurope Spring que volverá a celebrarse en Barcelona dentro de dos años.

Biocat funciona como puente. Entre lo público y lo privado, entre Cataluña y el resto del mundo... ¿También entre las empresas grandes y las pequeñas para que innoven juntas?

Si en un sector la innovación abierta es clave, es en el nuestro. Muchas veces, las empresas grandes que tienen dificultades para ser ágiles o innovar internamente buscan colaboraciones con las pequeñas que suplen piezas en la cadena de valor. Nosotros podemos aportar este papel de puente o, mejor dicho, de red de autopistas, que permita hacer más eficiente esta búsqueda del partner adecuado.

¿Cuando empezaste a Biocat que esperabas?

Lo que yo esperaba era ser útil y tener un impacto alrededor en este sector 'bio' que era emergente. No teníamos muy claro el 'cómo' pero queríamos que Biocat tuviera un papel, de una manera directa o indirecta, a todo aquello que tuviera que ver con ciencias de la vida en Cataluña. Y ocho años y medio después nos hemos posicionado como una entidad útil, reconocida y evolucionada con el sector.

¿Cómo ves el futuro de la BioRegión?

En este momento en que estamos viendo el crecimiento exponencial de muchas tecnologías, no sólo la biotech sino también las digitales o las de imagen, y también en un momento en que la salud está reinventando cómo se da el servicio y como se hace sostenible, hay un papel importantísimo para entidades como Biocat que hagan que esto suceda de manera eficiente y con pocos recursos.

¿Como te gustaría ver la BioRegió dentro de unos años?

Me gustaría que las historias de éxito no se contaran con los dedos de una mano, que inversores de todo el mundo conocieran Barcelona y Cataluña como un lugar donde pueden estar interesados en hacer negocios y que nuestras empresas pudieran ir de tú a tú a instalarse fuera y las de fuera aquí con una normalidad que todavía no hemos alcanzado.

Ahora empiezas una nueva etapa al frente del Barcelona Institute of Science and Technology. ¿Cuáles son los retos que afrontas?

Hay muchos. Siempre que intentas hacer un cambio de escala y ganar masa crítica sumando cosas que se están haciendo bien en disciplinas diferentes, tienes el reto de aportar valor a pesar de esta complejidad. El gran reto es precisamente hacer un cambio de escala en el papel que la investigación juega en el futuro de este país. La investigación en Cataluña ha sido una prioridad pero esto debe ser sostenible y debe ser un puntal que pueda atraer investigadores y estudiantes de postgrado de todo el mundo. Por tanto, el reto es hacer de la investigación en Cataluña un sistema sólido, sostenible y competitivo internacionalmente.

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