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REDACCIÓN

Hoy se celebra el Día Mundial del Lupus, y coincide con dos estudios del grupo de investigación en enfermedades sistémicas del Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR), publicados en las revistas Journal of Clinical Immunology y Immunobiology, que aportan un mayor conocimiento sobre esta enfermedad aún muy desconocida.

Uno de los trabajos ha determinado la correlación entre la sobreexpresión de una proteína por parte de los linfocitos T CD4 + en los enfermos con lupus y los brotes activos de esta enfermedad. El otro demuestra que no existe relación entre la infección del controvertido virus XMRV, recientemente asociado a algunos casos de Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), sobre todo en Estados Unidos, y los enfermos con lupus y SFC. Este hallazgo, basado en una muestra de pacientes representativa, todos ellos procedentes del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, no busca determinar la existencia o no del virus, sino concretar su relación con el desarrollo del Síndrome de Fatiga Crónica en el caso concreto de los enfermos con lupus que presentan ambos procesos.

A pesar de tratarse de dos líneas de investigación bien diferenciadas, el denominador común es la investigación de marcadores que indiquen cuáles serán las manifestaciones de la enfermedad, muy inciertas y diferentes en cada paciente y, sobre todo, elementos que puedan ser potenciales dianas terapéuticas para planificar nuevos tratamientos experimentales.

Este grupo de investigadores del VHIR es uno de los más activos del Estado español en la investigación del lupus, además de ser el centro de referencia en cuanto a su tratamiento.

El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad autoinmunitaria en la que los anticuerpos no reconocen al organismo como propio y lo atacan como si se tratara de un virus que tuvieran que eliminar. Las manifestaciones son muy variadas y se presenta fundamentalmente en forma de inflamación que puede afectar a cualquier parte del organismo (aparato reproductor, articulaciones, piel, pulmones, vasos sanguíneos, riñones, hígado, sistema nervioso, etc.). Prever cómo evolucionará la enfermedad es muy difícil y característicamente hace brotes, alternando periodos de crisis con periodos de remisión.

Los avances científicos de las últimas décadas, aunque son de gran valor en cuanto al mayor conocimiento de la enfermedad, no han supuesto grandes cambios para las personas que la sufren y no han sido capaces de determinar sus causas que siguen siendo un misterio.

El frágil equilibrio del sistema inmunitario

El sistema inmunitario del organismo dispone de diferentes tipos de células con funciones muy concretas. Hay un tipo de linfocitos —las células T helper— que tienen un papel muy importante en establecer las capacidades de defensa del sistema inmunitario y ampliar las cascadas de actuación. No tienen capacidad propia de eliminar patógenos y necesitan otras células para poder luchar contra infecciones. Podríamos decir que los linfocitos T helper serían los estrategas que se encargan de organizar en qué dirección irá el ataque y, por tanto, son fundamentales para la respuesta inmunitaria adaptativa, pues conjuntamente con los linfocitos T reguladores o supresores modularán la respuesta autoinmunitaria. Otro tipo de linfocitos, los B, son de los que depende la inmunidad mediada por anticuerpos; y representarían los soldados que llevarían a cabo el ataque propiamente.

"En el lupus, al igual que en otras enfermedades autoinmunes, podríamos decir que los linfocitos B se han vuelto locos y que los T fallan", explica el Dr. José Ordi, responsable de la línea de investigación en lupus del VHIR. "Este desequilibrio es el que de alguna manera provoca la enfermedad autoinmunitaria, pero sin saber cómo ni porqué", añade el Dr. Ordi. "Nuestro grupo está estudiando los linfocitos CD4 + en pacientes con lupus y, en nuestro trabajo, hemos encontrado que estos linfocitos expresan niveles más elevados de una proteína —la CD48— en comparación con los individuos sanos. Todo indica que esta proteína puede ser un regulador importante de las células T y que podría tener la respuesta o parte de la respuesta de lo que está pasando en el lupus, pues se ha descrito una clara relación entre los brotes activos de la enfermedad y la sobreexpresión de esta proteína linfocitaria", asegura la Dra. Eva Balada, primera firmante del artículo.

En este estudio también se ha visto que los individuos sanos, a medida que se hacen mayores, presentan unos niveles de CD48 cada vez más bajos en sus linfocitos T CD4 +. "Dado que el CD48 parece ser un regulador importante de la activación de las células T, es posible que esta falta de CD48 pueda contribuir (junto con otros marcadores linfocitarios) a los desajustes en la regulación de la respuesta inmunitaria que se observa en el envejecimiento", explica la Dra. Balada.

Un 40% de los pacientes con lupus también presentan fatiga crónica

Aparte de la falta de tratamiento curativo y de desconocer qué causa el lupus, uno de los problemas a los que tienen que hacer frente los pacientes y los especialistas es la evolución incierta que presenta la enfermedad. Puede dar múltiples manifestaciones, muy diferentes entre los pacientes. Por eso es conocida con el sobrenombre de la gran simuladora, ya que puede dar pie a pensar en muchos otros diagnósticos antes de que se determine que se trata de un lupus. En muchas ocasiones, los pacientes con lupus sufren también otras enfermedades como el Síndrome de Fatiga Crónica (40% de los enfermos).

La línea de investigación del VHIR está estudiando la relación entre esta enfermedad y la SFC, con la idea de poder encontrar el punto de conexión entre los dos problemas y, por tanto, la clave para abordarlos. En este sentido, y precisamente por las últimas controversias en torno a la SFC y la presencia de la infección por el virus (XMRV), este grupo de investigación ha sido pionero en un estudio para ver si entre los pacientes con lupus que también sufrían este síndrome existía coinfección debido a este nuevo virus (descubierto y recientemente asociado a EE.UU.) con algunos pacientes con SFC. No se encontró la presencia del vivirá en ninguna de las casi 150 muestras estudiadas.

Colaborando con la Fundació Catalana del Lupus

Los científicos del VHRI tienen una visión traslacional de la investigación y están muy implicados en el día a día de los pacientes, como demuestra su vinculación con la Fundació Catalana del Lupus para llevar a cabo la investigación, realizar ensayos clínicos, diseñar protocolos sobre los tratamientos para los enfermos, hacer docencia y divulgación y ayudar a los pacientes a entender la enfermedad y a sobrellevar mejor las dificultades que les supone.

El Barça y el lupus (video)

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