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La medicina aún no tiene herramientas para evitar las metástasis del cáncer, que son la causa de la mayoría de muertes por estas enfermedades y que pueden aparecer al cabo de muchos años después de que el tumor se haya detectado, tratado y erradicado. Mientras que los tumores primarios no siempre afectan órganos vitales de nuestro cuerpo, las metástasis sí lo suelen hacer. Por ahora, sólo se puede recurrir a la detección precoz, pero gracias a una investigación del grupo que lidera Joan Massagué se podrían diseñar nuevos tratamientos para prevenirlas incluso cuando las metástasis son latentes.

El investigador Joan Massagué, director del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, ha descubierto que algunas células tumorales que se liberan del tumor primario y entran en la circulación sanguínea consiguen esquivar las células inmunitarias que normalmente las destruyen y se instalan camufladas dentro de otros órganos, durante meses o años. Lo hacen convirtiéndose en células madre y reduciendo su actividad al mínimo para ser indetectables por las natural killer del sistema inmunitario, que destruyen las células cancerígenas.

Cuando las células consiguen instalarse en el órgano, hablamos de metástasis latente. No siempre sucede, pero a veces las defensas del sistema inmunitario no consiguen mantener las células cancerígenas a raya y se desarrolla la metástasis.

El trabajo de Massagué explica que en este "hacer ver" que son células madre, las células tumorales entran en un estado de quiescencia y, como todas las células que están en este estado, no proliferan. Pero en algún momento dado entran en acción y se multiplican. Las nuevas células tumorales recién formadas son detectadas por las natural killer, que las destruyen. Pero no son capaces de eliminar las células latentes iniciales, que vuelven a entrar en quiescencia.

La manera que tienen estas células de "disfrazarse" en células madre es inhibiendo un grupo de proteínas llamadas WNT, lo que desencadena el estado de quiescencia, en el que dejan de producir las moléculas que precisamente las NK "huelen" para detectar los agentes cancerígenos y eliminarlos.

 

Cáncer de mama y de pulmón

El grupo de Joan Massagué ha basado el trabajo de investigación, publicado en la revista Cell, en dos cánceres, el de mama y el de pulmón, en experimentos realizados con cultivos celulares en estado incipiente de pacientes con estos cánceres y ratones. Con estos experimentos han podido observar las células metastásicas desde que se escapan del tumor primario hasta que se instalan en su escondite.

En el caso del cáncer de pulmón, estas células consiguen infiltrarse en órganos como los riñones y el cerebro. En el caso del cáncer de mama, los pulmones. Las células latentes iniciales se escapan de las natural killer del sistema inmunitario activando dos proteínas primas hermanas que regulan el funcionamiento de múltiples genes y cambian el comportamiento de las células (los biólogos moleculares lo llaman factores de transcripción).

Las células procedentes del cáncer de pulmón activan la proteína SOX2, y las del cáncer de mama, la SOX9. Es gracias a este mecanismo que las células tumorales se convierten en células madre.

Este hallazgo abre la puerta a diseñar nuevas estrategias para prevenir la metástasis. Se sugiere la posibilidad de aplicar fármacos que obliguen a las células a salir de su escondite, a exhibir las señales que las hacen visibles y proliferar, para que el sistema inmunitario pueda actuar y las elimine.

Sin embargo, existe el riesgo de provocar una metástasis que quizá de otro modo nunca se habría desencadenado. A partir de esta investigación, el objetivo ahora es encontrar la manera de hacer inmunoterapia contra la metástasis latente de una manera más sutil.

 

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