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Las empresas biomédicas de la BioRegión de Cataluña atrajeron inversiones por valor de 102 millones de euros durante el 2017, según el Estudio de inversión en biomedicina en Cataluña 2018: Éxitos y retos de futuro elaborado por CataloniaBio & HealthTech y EY.

Esta cifra se canalizó a través de 32 operaciones con diversas fuentes de financiación privada. En concreto, el capital riesgo sigue siendo la principal fuente de financiación de las empresas que desarrollan productos (33%), mientras que las de servicios optan mayoritariamente por deuda privada (74%). La mayor parte de inversores son de Cataluña (76%), y destaca el aumento de capital internacional (del 12% en 2016 al 16% en 2017).

El estudio identifica tres tendencias consolidadas: el mencionado crecimiento de la participación de los fondos internacionales; el aumento de la dimensión de las operaciones, con una media de 3,4 millones por operación frente los 3 millones de media del año anterior; y la evolución cualitativa de los equipos directivos. En este sentido, el estudio destaca que los inversores cada vez analizan más las capacidades de otros miembros como el director científico y el director médico ya que se consideran clave para la implementación de estudios clínicos.

"Tenemos más fondos internacionales que buscan invertir en la BioRegión - destaca Jaume Amat, presidente de CataloniaBio y CEO de Specipig-. Esperamos que su aportación sea mayor en un futuro próximo porque prevemos un número significativo de empresas que abrirán rondas de financiación en fase avanzada que no se pueden cubrir sólo con los inversores locales ".

En este sentido, las firmas de inversión catalanas hicieron eln2017 un total de 31 operaciones valoradas en 56 millones de euros, principalmente en el descubrimiento de fármacos. El valor de estas operaciones aumentó un 74% respecto 2016.

"El sector biomédico catalán avanza en su consolidación, en un contexto global en el que la industria tiene el reto de demostrar el valor de la innovación, incrementar la eficiencia de su I+D, hacer frente a la creciente presión reguladora, y asegurar su estrategia competitiva ante la entrada al sector de nuevos competidores procedentes del entorno digital ", explica Silvia Ondategui-Parra, Socia Global de Life Sciences de EY.

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