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"Nos autofinanciamos con nuestras propias ventas: no queremos morir en 5 años"

Joaquim Querol

CEO y fundador de Endor Nanotechnologies

Licenciado en Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones por la UPC y Física por la UB, la primera experiencia profesional de Joaquim Querol fue como investigador en el Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial en el CSIC. Después se introdujo en el sector privado a través de una empresa de productos electrónicos y en 2007 fundó Endor Technologies.

La biotecnológica Endor Nanotechnologies, con sede en el Parc Científic de Barcelona, ​​se dedica a desarrollar un tratamiento oncológico para tratar tumores sólidos y a desarrollar, fabricar y comercializar tratamientos dermatológicos y cosméticos. Desde que se fundó en 2007, la firma no ha lanzado ninguna ronda de financiación y es autosufisciente desde 2013.

En estos momentos se dispone a comenzar la fase IIa de ensayos clínicos de su terapia para el cáncer de páncreas y colorrectal, que tiene previsto financiar con recursos propios. Endor nació como una spin-off del Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) y de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA).

 

¿Por qué quisiste ser emprendedor?

Me gustan las posiciones de máxima responsabilidad, independencia y creatividad. Y el trabajo de emprendedor tiene todos estos componentes. Sin embargo, mi primera experiencia ha sido Endor. No considero que llevara el espíritu emprendedor dentro de mí pero se juntaron las circunstancias ideales para poner en marcha el proyecto y no quise desaprovechar la oportunidad. Me apetecía fundar una empresa que resolviera una necesidad no cubierta. Si no hubiera sido la medicina, habría tirado por otro sector.

 

¿Cuál ha sido la decisión estratégica más importante que has tomado hasta ahora?

Creo que la mejor decisión que tomé fue financiar la actividad de la compañía con las ventas que la propia compañía fuera capaz de generar, en lugar de buscar inversión externa. Para mí era muy importante porque creía que era la manera de fundar una empresa con recorrido a largo plazo. En biotecnología el índice de fracasos es muy alto y no queríamos morir en cinco años. Depender del éxito de un solo producto o de un solo inversor siempre es más peligroso.

También es verdad que con las ayudas públicas que recibimos los primeros años tuvimos un arranque muy bueno. Actualmente esto sería inviable.

 

¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?

El mejor consejo me lo ha dado la experiencia. Y creo que es ser consciente en todo momento de lo que estás haciendo. En mi caso, debía aceptar que sin financiación de inversores externos el proceso sería más lento y lo ha sido. Pero ser consciente de las desventajas me ha ayudado a no desanimarme, porque he asumido las consecuencias. Hemos perdido rapidez pero hemos ganado independencia y hemos podido orientar la investigación hacia lo que pensábamos que era mejor desde el punto de vista técnico.

 

¿Y ahora qué? ¿Qué metas te has marcado alcanzar a corto plazo?

Queremos superar la última fase de desarrollo de la terapia para el cáncer de páncreas y colorrectal. Estamos a punto de comenzar la fase IIa de ensayos clínicos y estamos trabajando en la solicitud de un proyecto europeo para hacer pruebas clínicas en hospitales de diferentes países. Es la prueba de fuego, donde veremos si la tecnología es realmente buena o no.

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